Muchas de nosotras —enfermeras que trabajamos o hemos trabajado a turnos, que venimos de la generación «ColaCao y TostaRica»— hemos normalizado hábitos que en realidad nos desgastan.
En este post quiero contarte cómo esa adicción no solo me afectaba físicamente, sino también emocionalmente. Y cómo salir de los turnos de noche, cambiar mi alimentación y tomar decisiones conscientes me ayudó a recuperar energía, claridad mental y autoestima.
Los turnos de noche y la necesidad de gratificación inmediata
Cuando trabajaba en el hospital, sobre todo haciendo turnos de noche, notaba algo muy curioso: al terminar, no tenía hambre exactamente… pero necesitaba algo dulce. Y no era una necesidad física, sino emocional. Una especie de impulso casi automático.
Helado, pan, chocolate, galletas… lo que hubiera. Me levantaba después de dormir y no podía imaginar comerme una ensalada. Quería hidratos, azúcar, gratificación instantánea.
Ahora entiendo lo que pasaba.
¿La culpa? El núcleo accumbens (y los turnos)
📌 Lo descubrí gracias a una conversación con ChatGPT y luego investigando más: cuando trabajas a turnos, incluso si no haces noches, desajustas tus ciclos hormonales naturales. Melatonina, cortisol, insulina… todo se altera.
¿Resultado? El cerebro entra en “modo supervivencia” y busca dopamina como sea.
Y una de las formas más rápidas de obtener dopamina es a través del azúcar y los ultraprocesados.
Esa necesidad no es falta de fuerza de voluntad. Es un sistema nervioso alterado, con el núcleo accumbens (sí, ese nombre tan técnico) gritando: ¡dame algo que me haga sentir bien ya!
Dejar los turnos (y el azúcar): un antes y un después
Desde que dejé los turnos, mi salud ha mejorado radicalmente:
-
Duermo mejor
-
Estoy menos inflamada
-
Siento menos ansiedad
-
Y lo más importante: ya no siento esa necesidad urgente de azúcar como antes
Eso me ha permitido empezar un proceso real de desintoxicación, no solo física, sino emocional. Porque sí: el azúcar afecta a la autoestima, al autocuidado, a la claridad mental… y cuando no te cuidas, eres más vulnerable a todo (incluido el bullying laboral que muchas sufrimos en el sistema sanitario).
¿Y los hidratos de carbono? Ni demonizarlos ni idealizarlos
No se trata de prohibir los hidratos. Se trata de conocer tu cuerpo y adaptar tu alimentación a tu estilo de vida.
Estas son algunas claves que me están funcionando:
-
Hacer ayuno intermitente por las mañanas (muchos días, solo tomo café con bebida vegetal)
-
Evitar hidratos por la mañana para tener energía y concentración
-
Incluir grasas saludables y proteínas de calidad
-
Ajustar la cantidad de hidratos según el ejercicio físico que hago
-
Eliminar el pan blanco y los cereales industriales (sí, adiós fitness choco flakes)
Ser enfermera, estar sana y sentirte bien SÍ es posible
Este post no va solo de nutrición. Va de cómo vivir en piloto automático nos enferma. Va de cómo los turnos, el estrés y la cultura de la inmediatez nos empujan a comer cosas que no necesitamos, que no nos nutren, que solo anestesian lo que sentimos.
🧠 El problema no es solo el azúcar. Es lo que hay debajo: la falta de descanso, de regulación emocional, de hábitos sostenibles, de autoestima.
Hoy sigo trabajando en mí, con mis macros, mi entrenamiento y mis pequeños compromisos diarios. Pero ya no lo hago desde la culpa o la exigencia, sino desde el amor propio. Porque sé que si me respeto, mi cuerpo responde.
¿Quieres saber más?
En mi canal de YouTube comparto mi proceso y todos los hábitos y la mentalidad que me han ayudado a superar lo que yo ya he superado.
Sígueme en Instagram si quieres ver mi proceso diario: https://www.instagram.com/elenaperianes91/